La acelerada despedida

Viendo lo visto decidimos dos días después , no podíamos permitirnos pagar la cantidad que costaba la habitación durante mucho tiempo y a la espera de que la única playa que habíamos podido pisar se llenara aún más perdimos todo nuestro interés en ella.

Buscamos pasajes a Piura, al norte de Perú desde donde salen todos los transportes hacia Ecuador. Es un pueblo pequeño y alejado de la costa por lo que pensamos que la cosa estaría allí más tranquila dado que era semana santa. Fue aquí donde compramos nuestros primeros pasajes por internet después de los de Argentina. El bus a Piura había aumentado su precio, como todo un viernes santo. Pero en las compañías “serias” habían aumentado poco. El problema es que en muchas de ellas el precio de por si es excesivo. Tuvimos la suerte de encontrar Línea y por 25 soles hicimos el viaje nocturno de Trujillo a Piura.

El bus era un lujo. Mantitas, comida, película… increíble. Aún así no dormimos nada, la llegada a Piura fue de día, a eso se las 6 am, nuestra intención era buscar algún lugar para pasar el chaparrón de la semana santa lejos de la costa y el turismo. Salimos a recorrer el pueblo, hacia el centro. Todo estaba lleno, cada pequeña residencia existente, cada hotelucho, todo estaba lleno.

Cerca de la estación hay algunas opciones, así que después de caminar con la maleta durante 2 horas volvimos al punto de partida… No solo estaba todo lleno sino que lo que quedaba vacío pretendían cobrarnos 80 soles por una habitación.

Fantástico, resulto ser que el pueblo menos interesante de Perú tenia overbooking y que no conseguiríamos salir de allí. Lo ultimo que se nos ocurrió fue seguir moviéndonos, lo que significaba salir del país y entrar a Ecuador de manera precipitada, no podríamos hacerlo por la ruta costera ya que todo el trafico se dirigía hacia allí y nuevamente los precios de los buses estaban por las nubes. Preguntamos por la ruta por la montaña.

Entrar por Loja.

La estación que va a Loja queda un poco más lejos que todo y es la única que hay. Solo hay una compañía que opera en esa ruta y es Cooperativa Loja. Con el dinero que teníamos para el resto del día no nos llegaba para llegar a Loja por lo que compramos el billete sólo hasta Macará, el pueblo fronterizo y probaríamos allí suerte. El bus saldría de Piura a las 9:30 am, nos sentamos en la estación, renunciamos y esperamos a que el bus llegara para salir de la ciudad.

El bus tardaría unas horas… El paso fronterizo lo retrasa todo, nuevamente sellar pasaportes, despedirnos de otro país, y aunque fuera inesperado y con prisas la maldita semana santa nos estaba matando allí donde fuéramos… Fue una pena no poder estar mas días en Perú pero la economía era imposible y tuvimos que salir corriendo… Ecuador nos recibió con la procesión de Macará, un pequeño pueblo a la frontera… todo el pueblo estaba en la iglesia cuando llegamos, no veíamos mucho turista, lo que era una buena señal. Aun así buscar alojamiento no fue algo fácil y después de recorrerme todo el pueblo encontré una residencia en una de las calles principales donde por 20 soles pudimos dormir ambos aquella noche.