Cómo reconocer un cliente tóxico

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I came from far away with my tricks, my complexes, a bag full of things and a notebook full of dreams.

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Como trabajador autónomo tendrás que tener en cuenta TODO lo que conlleva tu negocio. Desde los procesos de comunicación pasando por la emisión de facturas como la declaración de las ganancias e impuestos, tendrás que dedicar tiempo y espacio y es por eso que es necesario tener los clientes correctos de tu lado.

Todos queremos buenos clientes, algunos creen que un buen cliente es el que paga “bien” pero en realidad un buen cliente es él que no nos chupa la sangre y se comunica directamente. Está claro que un cliente que pague mal y que además haga lo mencionado anteriormente es un cliente horrible. Estos clientes te retrasarán en tus entregas, te consumirán tiempo absurdo y no te permitirán invertir tu tiempo en otras acciones que requieren tu atención.

Yo, al igual que otros muchos trabajadores autónomos, he tenido que aprender la lección a las malas y con sangre, incluso con clientes que terminaron yéndose sin pagar… pero eso lo podrás ver en las 10 cosas que aprendí en mi primer año como Freelance. Lo ideal es que aquí alguno que otro pueda aprovechar esta lista para evitar pasar por esas situaciones tan desagradables y aprenda de los errores de otros.

No es posible acertar de pleno y siempre hay muchos factores que entran en juego cuando se trata de un cliente pero, en general, estas son las señales que levantan la bandera roja cuando se trata de un cliente tóxico o problemático.

Se niega a firmar un acuerdo

De aquí sí que no puedes ni pasar, aquí no hay nada que pueda ser malinterpretado, no. Da igual lo que te diga: “somos amigos, eso no hace falta”, “es papeleo innecesario”, “tranquilo, todo queda claro” da igual cual sea la excusa, si tu crees que hace falta un acuerdo firmado (porque algunas veces puede ser innecesario) entonces así ha de ser y aquel cliente que se niegue a hacerlo simplemente no ha de entrar por la puerta de tu casa o lo único que va a hacer es traerte problemas. De verdad, te lo digo por experiencia y de todo corazón NO LO HAGAS.

El Secretismo

Estos son los típicos clientes que tienen un plan secreto que va a vender millones y que pasados 4 emails aún no sabes ni qué es lo que buscan. Los que de dicen que no te pueden “dar más detalles” pero te piden que les envíes “ideas”.

¿Sabes como librarte de ellos rápidamente o decidir si quieres traerlos a casa? simple, firma un acuerdo de confidencialidad o NDA, de esta manera tú estás obligado legalmente a no dar esa información a nadie y a no hacer uso de “su idea”. Esto es comprensible en algunos casos ya que mucha veces algunas personas tienen miedos -que no siempre son infundados- porque han tenido problemas en el pasado, pero son justamente esas personas las que van con un NDA por delante en el primer email de contacto.

Nuevamente, si se niega a firmarlo y además sigue sin darte información y pidiéndote “ideas” ciérrale la puerta en la cara.

Reconocer un cliente tóxico

Te cuenta su vida en verso

Todo lo contrario al anterior del que no sabes nada, apenas como se llama y que es lo que hace, estos son los que te cuentan la vida en versión bíblica.

Para que te hagas una idea de lo que te hablo se trata de aquel cliente al que le preguntas “cuantos artículos necesitas este mes” y te responden un email de 3 páginas contándote lo difícil que es ser el gerente de la empresa, cómo se llama su hija y el motivo por el que no llegan a fin de mes.

No, esto no va a ir a buen puerto, créeme. Este tipo de clientes no sabe lo que quiere (pero vamos, es que no tiene ni idea) y tú  acabarás rompiéndote la cabeza intentando descifrarlo.

Tardas 10 emails en entender que quieren decirte

Estos son los típicos que las cosas son para ayer pero que luego, cuanto tu respondes, no aparecen en 4 días. También son los típicos que te envían las instrucciones en tipo jeroglífico a descifrar, como si tu contaras con una bola de cristal y supieras de lo que te está hablando.

Si lo que te estoy diciendo te suena familiar te recomiendo que corras y que lo hagas lo más lejos que puedas. Tardarás más tiempo leyendo y respondiendo emails que haciendo el trabajo (tiempo, por el que además, probablemente no cobrarás como es debido).

Atención: Aquí el problema también puede ser tuyo, es necesario que si esto sucede pidas instrucciones correctas y crees un sistema de “proyección de ideas” que tu cliente adopte para que ambos estéis a gusto. Si esta es la única señal roja que tu cliente levanta entonces vale la pena intentarlo y darle una segunda oportunidad mejorando este proceso.  Eso sí, si después de dar herramientas de comunicación, pasos claros y demás la cosa aún no funciona, todo está perdido.

Usa el calzador mucho más de lo adecuado

Estos son los tipos de clientes que te piden el presupuesto para una redacción de 500 palabras y cuando la estás pasando para que la revisen te piden que le añadas un par de fotos, una entrada de 200 palabras y mil cosas más. Seguro que sabes a que me refiero.

Algunas veces es verdad que sucede por fallo y error, mucha gente no tiene claro qué es lo que quieren y te tocará a ti ser el que extraiga esa información poco a poco. Puede que sea un problema de comunicación, como del que hablamos anteriormente y resultará que algo que para él era evidente para ti no lo era. Por eso siempre es mucho mejor firmar un acuerdo (o los emails dejarlos muy claros) respecto a lo que está incluido en ese presupuesto

Lo de antes, si la cosa continua y sigue queriendo añadir cosas que no existían sin tener en cuenta su precio… deshazte de él.

El que quiere cosas gratis

Este es genial, el más genial de todos. Se suelen localizar muy rápidamente con frases del tipo “No contamos presupuesto para este proyecto pero si las cosas van bien saldrán muchos mejores en el futuro y bien pagados”.

Evidentemente una cosa es montar un proyecto conjunto o hacer este tipo de trabajos para ampliar tu portafolio cuando acabas de empezar, sin duda, esto lo ha hecho todo el mundo y de hecho no es inútil ni mucho menos, de algunos de estos proyectos salen muchas veces buenos contactos, amistades e incluso, nuevos clientes.

El problema viene cuando tu tienes otras mil cosas que hacer y pones toda tu fe en que eso realmente va a suceder y además NO estás sacando provecho alguno de la situación (no, no es un win-win).

También son fáciles de distinguir porque suelen venir de la mano del secretismo, el que te pide “ideas” para ver si “das la talla” para sus proyectos, vamos que le envíes 5 textos de lo que para ti serían buenos artículos para su web y luego deciden con base en eso si te contratan o no. En este caso, aunque sea pagando ¿Quién necesita 5 artículos para su web gratis? no me jodas, anda. Si eso no te llama la atención entonces estás perdido.

y aquí viene el más el MÁS importante de todos…

No te deja hacer tu trabajo

Te parecerá absurdo, pero existen a montones, son aquellos que te preguntan cada dos días ¿Qué tal va el proyecto? o te siguen enviando “nuevas ideas” para añadir al borrador. Pero esa es la versión ligera…. es pero aún cuando llegamos a puntos del tipo:

“¿Por qué has hecho esto y no lo otro? Yo creo que lo otro funcionaba mejor”

Entonces vas y tienes que enviarles un email con 3 páginas de manual contándoles porque has hecho cambios en la estrategia, les explicas con 4 gráficos que en realidad estaban perdiendo dinero y se trataba de una “estrategia trampa” ya que por más que su anuncio se muestre a MUCHAS personas, no se está mostrando a las personas adecuadas, ergo, estaba tirando el dinero.

Esto puede pasar, claro, pero si después de tu tremenda explicación y de todo aquello sigue haciéndote preguntas y sobre todo diciéndote que lo que estás haciendo es incorrecto entonces te recomiendo que tomes alguna de las siguientes opciones:

  1. Dejes claro que no estás de acuerdo con lo que te está pidiendo y tu experiencia y formación profesional no le han recomendado esos pasos pero que los vas a llevar a cabo porque al fin y al cabo es su dinero y punto.
  2. Le preguntes para qué mierda te necesita si total él mismo puede hacerlo.

o las dos, claro.

 


Estoy segura de que hay muchas otras cosas más que pueden ser consideradas como banderas rojas a la hora de comenzar una relación con un cliente pero estas son las que más se han repetido a lo largo de los años.

Si tienes alguna otra que quiera recalcar no dudes en dejarla en los comentarios.

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