Si hay algo hermoso de estar viva es que raras veces dejo de sorprenderme, tanto de lo que sucede a mi alrededor cómo de mis propias decisiones. De esos martes por la mañana que te dan una bofetada y te ponen de medio lado sin que los vieras venir, de esas cosas que te generan cosquillas (y ansiedad) pero te recuerdan por qué te gusta hacer lo que te gusta hacer. Es hermoso, vivir es hermoso.
Pero vayamos al grano desde el inicio y esta noticia llega tanto a mi círculo cercano, como a ti que me lees de vez en cuando, como a mí misma, como una bomba de la nada: dejo de un lado de manera indefinida la agencia (aunque mantengo los clientes actuales delegando a mayor medida posible, de hecho, como nunca antes) y mi vida freelance e independiente por un trabajo corporativo que hace apenas una semana ni tan solo existía en mi imaginario.
La mayoría de los blogs de viaje y páginas varias de autoayuda reprochable suelen enfocarse en “dejar todo e irte” en “despedir a tu jefe” y ya abordé un poco ese primer tema en el artículo que escribí hace muchos años “Parar y construir” porque creo que es un mensaje sesgado, que lo mejor es irte (si quieres, claro) pero llevarte todo contigo y de hecho, hablaré de eso un poco más abajo… Mientras tanto vengo yo hoy a contarte todo lo contrario, vengo a contarte cómo y por qué le doy al botón de “pause” a esa vida independiente e “idílica” de trabajar por remoto y por mi cuenta con mis clientes y que tanto me ha costado levantar y lo hago porque me he dado cuenta de que ese supuesto sueño de muchos se ha convertido (o se convertiría de no haberme dado cuenta a tiempo) en un techo en el que el crecimiento experimentado al inicio habría llegado a un tope a nivel personal y para entonces quizá hubiese sido demasiado tarde.
¿Por qué dejo mi vida independiente por un trabajo a tiempo completo? Cuando tus prioridades cambian
Siempre lo he dejado claro, más que tener muchos clientes y muchos ingresos para mí siempre ha sido más importante mi desarrollo personal y el control de mi tiempo, ¡aprender vamos! Eso y el impacto que puedo tener en esos proyectos. He tenido la suerte de trabajar a menor o mayor medida con empresas ENORMES y con pequeños negocios que apenas están empezando y de todas ellas he aprendido, pero al final siempre faltaba algo, faltaba ese nivel de impacto. Como equipo externo al final tus logros son menores, el seguimiento que puedas hacer a esos proyectos siempre llega a un fin (¡y es lo correcto!) y a mí me cuesta desprenderme de algunas cosas e incluso meses después de haber cerrado clientes me sigo pasando por sus estadísticas para comprobar y ver que la vida les va bien, ¿por qué? Porque me gusta.
No me habría dado cuenta de ese tope de no ser por esta pandemia. La mayoría de mi tiempo efectivo lo he pasado en negociaciones y propuestas y muy poco en crear y moldear, que es al final lo que más me gusta. En otro momento no se habría notado porque tendría no solo este blog sino otros proyectos y probablemente no habría tomado protagonismo, ya que mi foco estaba aquí mismo. Con este escenario se ha notado demasiado, he tenido que devolver el foco a los clientes por motivos económicos y mentalmente me ha agotado, he visto que aunque llene la cuenta del banco (porque por suerte he conseguido sobrevivir también a esto) sentía que desperdiciaba mi tiempo, que no estaba aprendiendo y aunque nunca le di mucha importancia (hasta hace una semana), sí que llegué a pensar que quizá era momento de mirar hacía otro lado.
¿Pero dónde? ¿No se supone que vivo el sueño? ¿Qué hay más allá?
Podría tener una empresa de esas que la petan, inventar una nueva app que lo cambie todo. Pero seamos sinceros, esto es algo que pasa una en un millón de veces y sinceramente creo que aún tengo mucho que aprender como para quitarme los pelos intentando emprender a ese nivel. He vivido y MUY bien, de mis dos proyectos principales. Este blog y la agencia han sido fuentes de ingresos más que importantes de todos estos años y me han permitido vivir como he querido, no podría quejarme, he sido de esas relativamente pocas personas que han logrado “vivir de internet” así que, si no es crear una empresa que vaya a dar millones de ingresos al año ¿qué más me quedaba?
Pasé por alto el mundo corporativo desde que lo abandoné todo este tiempo, lo abandoné porque llegado el momento me di cuenta de que no podía ser con mi vida. El trabajo remoto era algo impensable para el 99% de las empresas y después de un par más de desencantos, decidí que muy probablemente lo que buscaba en la vida, fuese lo que fuese, no iba a encontrarlo por ese lado. Si trabajar en una empresa era igual a trabajar en una oficina, sencillamente ese camino no era el mío.
Abandoné esa única y primera empresa por la que pasé (pero de la que aprendí la bases de todo lo que sé) y además como buena loca lo hice con un apartamento recién comprado (y un préstamo) y con una oferta de trabajo sobre la mesa que mejoraba considerablemente mi salario que rechacé. Lo hice porque llegué a un límite, un techo, no vi que todo aquello que había aprendido fuera a seguir sucediendo y lo hice para lanzarme por mi cuenta y perseguir ese sueño que tanto se romantiza por estos lados.
Lo conseguí y sinceramente NUNCA se me cruzó por la cabeza volver.
Hasta hace una semana…
Yo misma gestiono algunas pocas ofertas de trabajo en esta web y sinceramente las leo con atención muy pocas veces porque de alguna manera asumía que era perder el tiempo en algo que no estaba buscando, ¿quién iba a cambiar lo que tengo por un trabajo? ¡HA! Pero estaba muy equivocada y hace literalmente una semana alguien de mi círculo cercano con la que he colaborado en algunos proyectos me informó que pasaba a una empresa a tiempo completo. Gracias a la curiosidad que mató al gato y que domina mi vida terminé en otra de sus ofertas de trabajo, una que por primera vez en muchos años me ilumino los ojos de alegría. Es decir, de no ser porque el universo me lo puso en la mismísima cara muy probablemente lo habría pasado por alto.
Pero… ¡Deja tu trabajo y persigue tus sueños!
Si acabas de llegar a este blog te pido algo, deja los mensajes simplistas en la puerta, por favor. ¿Qué nos gustan las frases hechas? Claro, ¿Qué seguro he usado algunas de ellas?, seguro. Pero desde hace muchos años que llego a más y más gente y prefiero enfocarme en ese lado un poco más realista y más humano de la realidad y menos en los filtros de Instagram.
Me di cuenta de que esta frase tenía mucho que ver con mi percepción de toda esta situación, también me di cuenta de que llevo mucho tiempo “repensándola”, esta y obviamente todas las versiones similares que mencioné más arriba… Porque vamos a ver, aquí se asumen dos cosas: una, que tu trabajo es algo que odias y la segunda, que “tus sueños” son algo bueno para el mundo y te van a dar de comer y sinceramente ninguna de las dos tiene porque ser verdad. ¿Qué pasa si tu trabajo es aquello que te da enseñanzas, dinero mes a mes y un estupendo sentido de propósito y comunidad y tus sueños son la cosa menos monetizable y más sin sentido del mundo?
Por otro lado, nuevamente con las pretensiones, con estos mensajes, al igual que el “viajar te va a hacer feliz” (qué ya desmonté en otro artículo) o “sal de tu zona de confort” (cuando habrá gente en el mundo deseando tener una…) se mira todo de una manera tan arrogante que se asume que tu trabajo es algo que te genera atontamiento general, que te impide pasar a “otro nivel”, que estás en una situación de bajo riesgo y bajo beneficio y que simplemente te has acostumbrado a una vida mediocre de la que tienes que huir y eh, puede ser, no digo que no pero… ¿Y qué pasa si tu trabajo te reta cada día, te genera buenos beneficios, te empuja a aprender y te ayuda a construirte mejor como persona? ¿Qué pasa si de hecho tu trabajo es un concepto de riesgo medio y mucho beneficio?
Así que cansada de lo que se ha convertido durante estos últimos meses mi vida, mucho riesgo y más bien poco beneficio (y no me refiero a monetario) me he dado cuenta de que las caras de la moneda también pueden estar intercambiadas justamente por todo lo que he dicho.
Encontré una empresa que ha trabajado remotamente desde hace años y que cree y apuesta por este modelo porque es el futuro, que contrata gente en diferentes zonas horarias y los empuja a ser mejores, que tiene un producto con el que puedo estar alineada (creedme, por más que aprendas algún día llega un momento en el que vender comida a domicilio en línea tiene su tope de interés), que parece tener valores que valoro y que CASUALMENTE buscaba a alguien para una posición que me da miedo, pero con la que he soñado desde que he ido avanzando en mis conocimientos y más importante aún, a la que nunca pensé poder acceder al haber dejado hace años ese camino y por supuesto con unas condiciones laborales bastante dignas. ¿¡Por qué narices iba a decir que no a esto!?
Pssst, dale un vistazo a las ofertas de trabajo remoto que publicamos en la web 😉
Probablemente, he ganado más mensualmente con mis proyectos en algunos casos, pero no he tenido la seguridad de que me espera un pago fijo al final del mes, ni he podido tener un impacto duradero en todo lo que he trabajado, ni un tiempo efectivo más alto. Tampoco he podido enfocarme en UNA sola cosa muy grande porque normalmente eran cosas muy pequeñas o pequeñas esquinas de proyectos muy grades con los que he colaborado y todo lo que he podido crear por mi cuenta ha tenido las limitaciones de mis recursos. Y ahora, así de la nada, entre la realización de mis posibles limitaciones en el futuro, esta época en la que he malgastado más tiempo esperando que haciendo y esas ganas de cambiar, va y aparece esto, un lugar donde puedo ayudar a moldear algo con recursos y con un equipo que quiere hacer lo mismo y sinceramente, se me iluminaron los ojos de inmediato.
Crear otra zona de confort, fuera de mi zona de confort.
La libertad muchas veces viene de la mano de la incertidumbre, a menos que hayas heredado una fortuna o seas millonario, es complicado planificar a medio o largo plazo y aunque yo estoy muy acostumbrada y de hecho he dicho mil veces que me da miedo “la estabilidad”, la realidad es que tengo una vida lo más estable posible porque si no se nos va a todos la olla. Es humano. Estoy contenta, viendo los números que repaso más adelante me doy cuenta de que aquello que dije sobre “irte, pero llevártelo todo contigo” lo he hecho a rajatabla y es hoy en día una muestra de la visión que tengo para mi vida.
Si me fijo he sido una persona bastante constante, 2 años en la empresa, 5 años con la agencia, 9 años con el blog, 10 años con mi pareja, 6 años con mi apartamento… joder, de no ser por este blog y porque doy saltos en el mapa en realidad tengo la vida “de manual” así que ¿por qué iba a darme miedo la estabilidad? En realidad quiero experimentar con otra realidad, quiero crecer, quiero seguir aprendiendo, quiero enseñar, quiero compartir y quiero poder hacerlo con la tranquilidad económica que me pide mi yo de 33 años y sabiendo que me acabo de quitar el techo de encima, que puedo seguir creciendo. Porque nuevamente, se habla mucho sobre dejarlo todo e irse y despedir a tu jefe y todas estas historias, pero no se habla de la salud mental, de tener un trabajo que te gusta, que te da seguridad y estabilidad y de lo muy bonito que puede ser todo esto si además encuentras un equilibrio.
Pero… ¿y viajar?
Es un sacrificio enorme por mi lado lo que estoy haciendo, sobre todo ahora al inicio, lo sé, no tanto por viajar, sino por controlar un poco menos mis horarios (que tendré bastante control dentro de todo, de lo contrario no lo habría ni intentado). Será trabajar más horas, será moverme mucho menos. Pero sé también desde el momento en el que envié esa solicitud que valdrá MUCHO la pena, que lo que voy a ver por esos bosques no lo iba a ver por los que iba andando y que viajar en cualquier caso, ahora mismo, es un concepto más que extraño.
Seguro que me cuesta adaptarme, es lo que más miedo me da, pero al final será como todo, lo acabaré haciendo porque es lo que sé hacer mejor en esta vida, adaptarme sin apretarme, sin perder mi esencia y SÉ que encontraré una manera que me dé un equilibrio. No dejo de ser nómada digital, casualmente es incluso hasta bueno para este blog porque por fin voy a conocer el otro lado y también poder mostrarlo, hacerlo con un trabajo fijo, con una posición y responsabilidades alucinantes y todo eso sin tener que “despedir a mi jefe” o comerle el tarro a los que leen para que deseen tener la vida de nadie más.
Escribo esto a pocas horas de haber firmado y aceptado la oferta, y aún tengo un par de semanas para organizar mi vida y no sabéis la tranquilidad que me genera poder hacerlo a mayor distancia. Pronto os estaré contando de que va todo esto. Espero que quizá sea de ayuda para alguien en busca de algo que todos los libros de autoayuda barata le dicen que tiene que dejar. Los viajes en esta dirección no suelen ser los más explicados 🙂
Así que eso, no, no tienes que dejar tu trabajo para perseguir tus sueños, ten cuidado, no sea que como a mí se te olvide de que un trabajo puede ser parte de ellos.
20 Responses
Hola Valen! Te sigo hace meses pero últimamente agradecerte toda tu ayuda en el tema de afectadosEnd.
Durante algunos años como directora de Rrhh(empecé siendo becaria) e, hija , sobrina,nieta de emprendedores. A nivel económico hemos tenido buena calidad de vida pero a base de esfuerzo, sin vacaciones, ni asuntos propios. Es cierto, que hace años las condiciones de una empresa eran muy de manual, no estaban adapatadas, no se concebían como un organización viva y cambiante. Asi que la mejor opción era ser emprendedor. Sin embargo, estar en una empresa, aportar tu experiencia, la sinergia con los compañeros, ocuparte sólo de hacer tu trabajo creativo sin discutir con clientes o presupuestos. Es Libertad. También el agradecimiento del equipo, desde tu becaria ,que le das las bases de si futuro laboral, a la dirección,se aprende mucho. Yo estoy a favor, de que buenos profesionales emigren de un tipo de proyectos a otros e incluso de empresa si ves que has alcanzado tu techo. Mucho ánimo! Y disfruta de esta etapa. Un saludo.
Sigo tu blog desde hace ya bastante tiempo (desde el viaje por Sudamérica, para ser precisos) y me da un gusto enorme leer que estás por iniciar una nueva etapa en tu vida; en la búsqueda de seguir creciendo como persona. Felicidades!
Mucho éxito en este nuevo emprendimiento, y si alguna vez se pasan por México, me gustaría invitarles unos tacos y cerveza.
Hola Fernando 🙂
Tú entonces llevas aquí media vida! Que bonito saber que aún te gusta leer esto y mil gracias por tus palabras. Queremos pasar por México desde luego, con millones de ganas! Vamos a ver si algún día volvemos al mundo cómo era, si eso sucede lo sabrás y esos tacos y cerveza serán más que bienvenidos!
Hola Valen, descubrí tu blog hace poco. Gracias por compartir información tan auténtica. Es un soplo de aire fresco. Muchísimo éxito en esta nueva etapa, a veces los viajes se hacen también sin moverse geográficamente ;). Un saludo desde Galicia.
Hola Marina,
He editado tu nombre (asumiendo que es ese xD) ya que habías puesto tu email y sería público y no creo que haya sido tu intención.
Te agradezco mucho pasarte por aquí y tus palabras, seguro que todo irá bien y seguiré cambiando de opinión que espero tener una vida larga y plena haha. Ya os iré contando.
Un abrazo desde Berlín! 😉
Me encanta, un buen mes con una maravillosa carta y con nuevos proyectos y cambios, más y mejores escalones en el aprendizaje de la vida. Suerte
¡Mucha suerte Valen!
Todo va a ir genial y, si no, pues tampoco estás firmando un contrato vitalicio. Todos tenemos derecho a cambiar de opinión y de modo de vida ¡incluso varias veces! Lo importante es estar contenta con lo que una hace.
Hay muchas maneras de vivir y de ser feliz, nunca me han gustado los “mensajes simplistas” como los llamas, ni las categorizaciones.
Un abrazo
Me gusta mucho la manera en la que describes el sentir de muchos. Hay zonas de confort buenas, hay costumbres buenas, hay trabajos estables que nos hacen bien. Precisamente por ese toque de realidad sin perder de vista los sueños es que llegue a este blog y simplemente, me encanta! Un abrazo guapa y te deseo miles de éxitos en tu nuevo trabajo.
Un abrazo enorme desde El Salvador 🙂
Hola Guadalupe!
Un poquito de todo en esta vida intentado no caer en clichés. Hay trabajos que nos hacen bien 😉
Un abrazo enorme desde Berlín!
Me compartió el enlace mi amiga Antia, y si a ella le gusta tu blog por ende a mí también… Pero no sabes la sorpresa que me he llevado.
No soy la única loca que en este año raro ha dejado su emprender y se ha pasado a una empresa.
En realidad me di cuenta de lo que yo buscaba era el estilo de vida, remoto y asíncrono y por desgracia, como tú dices eso no existía antes de este cambio de paradigma. Hay cosas buenas y malas en cada lado de la balanza pero los cambios siempre son buenos (al menos eso pienso).
Cuando cogí el trabajo me acordé de una frase que decía que hay tres drogas de las que cuesta salir: la heroína, los carbohidratos y un salario fijo 🤣
Disfruta esta nueva etapa!
Hola Caro,
Gracias por pasarte por aquí, me alegro que te lo hayan compartido y que estos mensajes lleguen donde resuenan 🙂
Yo también soy de las que creo que los cambios son buenos (especialmente si se están buscando..). A mi me gusta emprender, no me ha ido nada mal la verdad pero siento que me he quedado corta y, aunque podría seguir en ello no puedo negarme esta oportunidad. Pero vamos que lo del salario fijo es buena droga sin duda alguna eh! Así que espero que la decisión que tomaste haya sido la buena 🙂
Un abrazo y gracias por pasarte por aquí
Caruchiña <3 Siempre tan acertada!
Yo tengo pendiente escribir algún día como me di cuenta que en realidad no quería ser nómada digital.
Este post llega en un momento similar de mi vida. Mañana empiezo en un nuevo proyecto laboral e intento no dejarme llevar por esos pensamientos fáciles de que estoy vendiendo mi vida sino que intento pensar en que voy a crecer y aprender cada día.
Aperta apretá
Me encanta leerte Valen. Llegué a propósito de tu post de las estafas de los negocios digitales y desde entonces me volví fan. Este ha sido un año extraño para todos, yo estoy a punto de cumplir 29 y hace 5 años había decidido “irme” de mi trabajo más corporativo. Soy psicóloga laboral/organizacional y una multipotencial (también artista, emprendedora y eterna curiosa). Entonces, la vida de oficina trabajando en recursos humanos y la jornada laboral de 45 horas a la semana en Santiago de Chile (60 horas a la semana real si le sumas traslados y almuerzos), me colapsó. No me dejaba tiempo para nada y yo sólo quería viajar, así que me fui. Había llevado una vida bastante nómada desde el 2017, pero esta pandemia me obligó a plantar raíces.
Nada, que quería decirte que me da mucha alegría de saber de alguien que se va devuelta de la vida independiente a la dependiente pero en otras condiciones. Porque me hace sentir que entonces se puede encontrar un equilibrio y que cada vez más existirán mejores opciones de trabajo, que también te permitan mantener tu calidad de vida y seguir creciendo profesionalmente. Una de mis eternas frustraciones trabajando en empresas es que muchas se quedan en el discurso y que yo tengo toda mi especialización y mi saber de cómo hacer las cosas “bien”, para que a nadie le importe al final del día. El 2018 cuando volví de viajar más movido y trate de buscar un trabajo remoto, casi que se reían en mi cara! jaja.
Soy una apasionada del futuro del trabajo (sus desafíos y sus ganancias), pero hasta el 2020 me sentía como una loca hablando sola. Esta pandemia aceleró los cambios para todos y llevaba un mes dándole vueltas a la idea de actualizar mi linkedIn para sembrar alguna semilla y volver al mundo más “corporativo 2.0”. Creo que tu post me va a animar, porque una de las cosas que me ha dado esta plantada obligada en pandemia ha sido la necesidad de proyectar a más mediano/largo plazo (algo que la vida nómada no me había dejado vislumbrar). Y claro, para eso el tener la estabilidad de un sueldo fijo si viene con buenas condiciones que no me quiten la libertad que tengo hasta el punto de ahogarme y provocarme ansiedad, suena bien. Y con tu post me haces pensar que esta esa opción ahí afuera para mi, para trabajar en algún lugar desde mi profesión que me permita lograr un impacto en la calidad de vida de las personas.
Que vivan los cambios y el desarrollo personal/profesional. Y que mueran las frases hechas sin mirada critica.
Felicitaciones por el nuevo desafío y me quedaré atenta a ver tus aprendizajes de la transición. Un abrazo!
Carla
¡Hola Carla!
Gracias por pasarte por aquí a dejar tu historia.
La verdad es que yo había perdido mucho la fe en el trabajo por cuenta ajena pero también es verdad que eso depende de muchas cosas, lo que puedas pedir entre ellas.
Me ha pasado lo mismo, nortmalmente estoy muy acostumbrada a hacer planes a corto plazo pero con todo esto me han quitado esa parte y me he quedado un poco en nada y bailando como pollo sin cabeza y me di cuenta de que igual lo que me hacía falta era mirar más allá. Yo te animo a que lo hagas, eso sí, con tus condiciones siempre que sea posible, tampoco se trata de venderle el alma al diablo ni de hacer cualquier cosa por que sí, tiene que ser algo que te de suficientes ingresos, libertares, visión de futuro y todo lo que necesites. Por suerte el tema online va tomando fuerza y al final sé que será el futuro del trabajo pero lamentablemente los que abrimos camino siempre tenemos que hacerlo contra paredes.
Muy buena suerte en esa búsqueda y ya ire contando, a ver si todo esto sale bien 🙂
Cada uno tiene que hacer lo que desee en cada momento!! Todo lo demás son pajas mentales!!!
Haha pues sí!
Yo es que de pajas mentales tengo un montón por eso :/ XD
Buen camino!!!
¡Gracias Moises! 🙂
¡Muchas felicidades Valen! Me alegro por ese trabajo. Nosotros, para salir de nuestra zona de confort, buscamos casa para instalarnos y pensar a largo plazo. Si la gente desea dejarlo todo para viajar me parece maravilloso (yo misma he animado muchas veces a que lo hagan) pero también hay que saber todo lo que eso implica.
No sabes cuanta coherencia le aportas al mundillo de los blogs de viajes. Por eso me encanta leerte.
Hola Julia!
Que alegría tenerte por aquí, pues sí… “salir de la zona de confort” pensando a largo plazo es más o menos donde estoy, también porque de lo contrario iba a perder la cabeza con todo esto. He visto que andáis por Argentina viendo al peque crecer, que bonito sinceramente. En realidad la frase debería ser “deja de hacer algo que no quieres hacer (más quizá?) y persigue algo que sí quieras hacer” (y revisa que obviamente, tenga sentido).
Un abrazo enorme al otro lado del charco!