A dedo por Argentina – Ruta 3 a Ushuaia I

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👋🏽 ¡Hola! Soy Valen

He llegaó desde muy lejos con mis trucos, mis complejos, una maleta llena de trastos y un cuaderno lleno de cuentos. 

Escribo mal y te hablo sobre viajar, emprender y vivir una vida un poco más simple y sostenible.

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Ya comenté anteriormente que los planes se truncaron un pelín, al no encontrar billetes de tren disponibles para Bahía Blanca. Finalmente tomamos un bus que nos dejó -aproximadamente- en el kilómetro 200 de la ruta 3; a la altura de Las Flores.
Llegamos bien entrada la noche y nos perdimos en búsqueda de la laguna, donde existía un espacio medio adaptado para acampar. ¡La pérdida no fue gratuita! Nos encontramos un grupo de ciclistas, quienes acabaron de guiarnos hasta el lugar. Estuvimos casi a punto de tener un camión directo, desde allí hasta Rio Gallegos.

Las Flores

Uno de los chicos trabajaba con los camioneros e intentó establecer contacto con alguno para asegurarnos el viaje, pero fue imposible. En todo caso, las Flores fue un buen comienzo. Llegamos de buen humor, con ganas de comenzar a movernos. El camping costaba unos trece pesos por persona, pero al final nos salió gratis… ¡por ser tan guapos! Pasada la media noche conseguimos montar la tienda y, después de comer, nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente esperamos un poco a ver si Juan conseguía su contacto con alguno de los camioneros, pero no fue así. Decidimos irnos a la estación de servicio y comenzar con nuestro dedo levantado. Igual tuvimos que caminar unos ocho kilómetros para salir de allí y el sol no perdonaba. En todo caso, la idea era recorrer -sin perder mucho tiempo- el camino que habíamos perdido con el billete del tren.

Pasó menos de media hora cuando un camionero -¡nuestro primer camionero!- nos levantó en el camino: Carlitos, un bebedor empedernido de mate quien preparaba agua caliente en un hornito de gas mientras conducía -algo increíble-. Carlitos hacia camino hasta Olavarria, pero casi llegando nos comentó que era mejor dejarnos en Azul. Perdíamos treinta kilómetros, pero era más recomendable para seguir nuestra ruta; así que le hicimos caso. Después de unas dos o tres horas, paramos en Azul. De Azul no vimos nada más que la estación, puesto que la intención era seguir haciendo camino, siempre intentando aprovechar la luz del día. Bajo un sol insufrible, y después de más de una hora, llegó Andrés; nuestro segundo camionero.

Tres arroyos

Andrés nos levantó hasta Tres Arroyos, lugar donde su viaje terminaba y donde además vive. Gracias a él acampamos detrás de la gomería de la estación de servicio, por el módico precio de ¡nada! Decidimos quedarnos en Tres Arroyos a pasar la noche, básicamente por que no queríamos llegar a Bahía Blanca de noche -ciudades grandes, peores cosas- y no sé si fue por la mala suerte con el tren, pero Bahía Blanca me daba cierta desconfianza.

Acampando ruta 3

Nos despertamos al tercer día de camino… bien temprano. Lo primero que hicimos, después de desayunar y empacar todo, fue alzar el dedo. Justo en frente de la estación, a los pocos minutos, Nacho -un joven con un 4×4- nos levantó en el camino y nos avanzó aproximadamente doscientos kilómetros hasta Coronel Darrego. Aún era temprano… era hora de seguir probando. Esta parada se nos atragantó un poco. Creo que pasamos alrededor de dos horas bajo un sol horrible y, finalmente, un camionero se apiadó de nosotros. No conocimos su nombre ya que, a solo treinta kilómetros, la correa de distribución del camión se rompió y tuvimos que parar en medio del camino. Esperamos que no tuviese que quedarse allí demasiado tiempo; pues no se veía una sola nube en el cielo y el sol pegaba como nunca..

Coronel Darrego

Un poco desalentados levantamos las manos. En menos de cinco minutos -¡increíble!- apareció un Corsa -conducido por Germán-, que nos llevaría hasta Bahía Blanca. Todos los camioneros nos habían aconsejado que al llegar a Bahía Blanca deberíamos ir a el Cholo. El Cholo es básicamente la estación de servicio, punto de partida de los camiones que salen de la ciudad. Germán no podía llevarnos hasta allí, pero nos llevó hasta un shopping center en donde trabajaba. Nos pareció bien la idea de tener un poco de aire acondicionado, comer algo y después seguir probando; así que nos bajamos con él. ¡Vaya una decisión acertada! Nada más llegar los chicos de un wok nos trataron como niños: gracias Brian y compañía por mantener el agua fría, por rellenar la botella, por esa coca cola gratis de bienvenida y la comida que estaba ¡rica, rica!  (casi me caen las lagrimas al acordarme de toda la gente que nos ayuda por el camino)

Todo iba a pedir de boca, no podíamos quejarnos. Ibamos lento pero sin pausa e incluso llegué a imaginarme estar en Puerto Madryn -o de camino- ese mismo día. Salir del shopping center a la estación iba a ser mas difícil de lo esperado. Es imposible tomar el colectivo en esa ciudad si no tienes la tarjeta del bus y caminando eran alrededor de doscientas cuadras. Los chicos del wok nos aconsejaron salir del camino e intentar levantar dedo ya que, caminando a medio día y bajo temperaturas de cuarenta grados, la cosa se iba a complicar. Después de mentalizarnos un poco emprendimos el camino. Hicimos un cartel rápido con el nombre de la estación de servicio y comenzamos a caminar con el dedo levantado. No pasó más de un minuto cuando otro Germán apareció -con un coche pequeñito de color blanco-. Germán es mochilero y siempre que sale de viaje lo hace de esta manera. ¡Nos salvó de una buena caminata!

Bahía Blanca

Llegamos a Bahía Blanca con muchos ánimos. ¡Todo iba increíblemente bien! Eran solo las tres de la tarde y aún teníamos medio día por delante para seguir intentándolo. Yo, por algún motivo, quería salir de allí antes de que llegara la noche.. Lo que no contábamos era que habría -contándonos a nosotros- doce personas intentando levantar dedo, sí… ¡doce!. Las esquinas estaban repletas. Habían muchos camiones, muchísimos, pero apenas si te miraban y lo hacían con mala cara. Vimos que una pareja desistió y fue a tomarse un café a la estación. Tomamos su sitio en el camino y estuvimos casi cinco horas allí, intentándolo…

Después de los 40 grados vino una tormenta que levantó todo el polvo del lugar… ¡no se veía nada! Poco después se largo a llover como si del infierno se tratara. Nos dieron las diez de la noche… seguía lloviendo. Por mucho que intentamos hablar con los camioneros no había manera. Los trabajadores de la estación apenas nos querían ver allí. Con mucha frustración hicimos un cartel que decía: “¡Sácame de aquí, al sur!” y nos sentamos debajo del techo de la estación sin esperar muchos resultados. Allí conocimos a Thor y a Mai -no sé como se escriben sus nombres-, una pareja de daneses que llevaban dos horas más que nosotros intentándolo. Los cuatro estábamos desanimados y un poco amargados. Estando allí sentados se nos acercó Ricardo, quien después de tomarnos del pelo un rato nos dijo que salía al día siguiente a Comodoro Rivadavia y que podía llevarnos… ¡aún más!… ¡que podía llevarnos a los cuatro! ¡Una luz de esperanza apareció! Quedó en que a las siete él se iba a cargar el camión , y volvería a buscarnos después para salir de allí. Con apenas pocos datos, se lo agradecimos. Buscamos un sitio donde plantar las tiendas -lo que nos costo bastante por que el lugar es horrible- y nos fuimos a dormir bajo una tormenta que no daba tregua… con un poco de esperanza. La cuestión es que Ricardo… nunca llegó. Nos dieron las dos de la tarde del día siguiente esperándolo. No sabemos si se fue antes o si tardó demasiado en cargar… ¡pero nunca llegó!  Bahia Blanca pasó a ser nuevamente un agujero negro en el mapa..

Salimos de allí.. pero esto lo contaré en otro momento. Ahora hay que seguir andando 😉

Resumen:

  • Primer día:     
    Bus de Buenos Aires – las Flores 191 km
    Noche en las Flores
  • Segundo día:
    Las Flores – Azul 108 km
    Azul – Tres Arroyos 191 km
    Total: 299 km
    Noche en Tres Arroyos
  • Tercer día:
    Tres Arroyos – Coronel Darrego 108 km
    Coronel Darrego – la nada 30 km
    La nada – Shopping Bahia Blanca 76 km
    Total: 214 km
    Noche en Bahia Blanca

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7 comentarios

  1. Hola valientes mochileros me encanta leer sus hermosas experiencias quiero hacer un viaje de tres semanas con mis hijos de 13,8 y 5 años deseo hacerlo el próximo año. Mis preguntas son: con cuánto tiempo de antemano debo preparar el viaje. Q alcanzo a conocer como mochileros en 21 dias. Si empiezo desde Ecuador Quito…y cualquier sugerencia adicional para viajar con niños Gracias y éxitos en sus próximos viajes. Elena

    1. Hola Elena,

      No tienes porque preparar mucho de antemano, revisa que lugares quieres visitar y prepara tu bolsillo. Lo que puedas conocer en 21 días dependerá de lo rápido o lento que quieras y te guste viajar.

      Saludos!

  2. lindo el anecdotario yo voy a hacer lo mismo pero con una camioneta y preparada para todol posible si me abrieron los ojos con llevar algunas cosas que no las iba a llevar pero como cabe todo las cargo un saludo

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