Imaginemos una situación en la que se cansaron de la ciudad, después de varios días de turista, o… simplemente han vivido allí pero nunca han visitado los alrededores… Que mejor que pasar un par o tres de días alejados del ruido y de la Urbe.
Montserrat
Desde allí y con nuestros trastos cargados en el coche salimos de la ciudad en nuestras cuatro ruedas. Comenzamos el viaje a primera hora camino a Montserrat, a solo 50 kilómetros de Barcelona es un punto que nadie se puede perder. No era la primera vez que visitaba la montaña pero siempre lo había hecho como turista subida en el tren cremallera que te lleva directamente al monasterio, la verdad, no me dejo anonadada esa vez, quería darle una segunda oportunidad.
La geografía de la montaña es algo muy particular, por primera vez nos animamos a dar una vuelta caminando, después de buscar elegimos una de las rutas de baja intensidad AQUÍ, pero tienen para todos los gustos y colores. Lo mejor es irse de buena madrugada y caminar disfrutando del paisaje y de las vistas, con suerte y un poco de sol, pueden hacer como nosotros y parar a comer en plan picnic, sin prisas.
No teníamos pensado quedarnos a dormir en Manresa ya que, habiendo vivido por la zona tantos años conozco las ciudades que me gustan y las que simplemente no y Manresa es claramente una de las que no. Pasada media tarde pusimos rumbo a Vic, donde nos quedamos a dormir en un hotelito barato por menos de 30 euros la habitación doble.
Vic, el centro antiguo
Vic no es una ciudad especialmente grande pero con grandes aires de historia, lo mejor es aprovechar un tour por el centro histórico, los sábados hay mercado en la plaza mayor y a las 5 de la tarde hay un tour guiado por 5 euros que dura 1 hora y media por la ciudad. Estuvimos en Vic todo el día y caminamos por todos los rincones, visitamos un par de museos pequeñitos y entrada la tarde quisimos perdernos un poco más por la geografía catalana.
Al norte de Vic hay un pequeño pueblo llamado Alpens, con apenas 300 habitantes puede parecer que allí no pasa nada, pero anualmente cuenta con una serie de eventos para todos los públicos, llegamos allí de noche en un fin de semana especial. El fin de semana de la Forja donde más de 100 forjadores artesanales, nacionales e internacionales se reúnen, una vez cada dos años.
Alpens
Nos enteramos del encuentro pocos días antes y decidimos pasarnos a mirar, llegamos ya de noche y cocinamos algo con nuestro hornito. Hay varios lugares donde dormir en el pueblo pero todos estaban llenos debido al encuentro así que volvimos a nuestras raíces, armamos nuestra carpa y acampamos.
Durante el domingo pudimos disfrutar del encuentro de forjadores en toda regla, se trata de una obra en común en la que todos trabajan a lo largo del fin de semana y se termina y ensambla el domingo. En este caso se trataba de una puerta para la escuela del pueblo, toda una obra de arte.
Alpens es un pueblo pequeño pero con gente grande. Todos los alpesinos son cálidos y agradables, es increíble ver como quedan aún algunos pequeños paraísos no muy lejos de la ciudad. Nos despedimos en cuanto todos los eventos terminaron y el pueblo volvía a la normalidad.
Para seguir con nuestra ruta esta vez hay par de horas de viaje.
Girona
Antes de que llegara la noche del domingo salimos camino a Girona, allí se pueden quedar dos días si prefieren y de paso conocer algunas ciudades cercanas como Figueras. Nosotros solo teníamos el lunes para poder regresar por la noche a devolver el coche.
Girona tiene un centro urbano y un casco antiguo que vale la pena visitar. El rio hace de la ciudad algo especial y su arquitectura es bastante particular. Lo mejor para disfrutar de la ciudad es pasear por sus callejones estrechos o sentarse al sol a disfrutar del paisaje, el colorido de sus casas, la vitalidad de sus calles y su tamaño hacen de Girona una ciudad especial.
Llegamos ya cuando el sol se ponía, disfrutamos a ultima hora de unos preciosos baños árabes y al salir, nos tomamos unas cañas en una terraza del centro antiguo de la ciudad. Con el coche nos acercamos a uno de los albergues de la red Xanascat donde dormimos por 15 Euros.
El Lunes no hicimos más que caminar hasta que nos hartamos! Es una ciudad verdaderamente increíble. Nuestra ruta termino a las 4 de la tarde cuando emprendimos camino a Barcelona y en apenas una hora y media estábamos allí, devolvimos el coche sin problemas y volvimos a la rutina de los últimos días.Es muy fácil salir de lo conocido y disfrutar un poco más de los alrededores.
Ya de vuelta a Barcelona puedes ver este post sobre qué ver en Barcelona o esta ruta a pie del Raval al Born.
Un comentario
Qué bonitos lugares, me quedé con ganas de ver más fotitos.
Lore